¿Cómo es posible que con el trágico canto de un ruiseñor,
puedo despertar sin ver mi alma
enredada entre ideas y amores?
El tiempo pasa pero aún sigo dormido,
el ruiseñor no ha aparecido entre los sabores
del amanecer y del atardecer,
aún mi corazón sigue dormido esperando durante el crepúsculo
el roce mágico,
el viento celestial de un ángel, que
con sus alas no me mienta ni deje de decirme
que la paz existe
al lado de este corazón dormido.
¿Serás tú quien me despierte?
jueves, 14 de agosto de 2008
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